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Claves del manejo de los ovinos durante la gestación


En un informe sobre el manejo general, nutricional y sanitario durante la gestación resaltaron que “para poder realizarlas en forma adecuada se recomienda que la duración del servicio no se extienda más allá de los 60 días”. El estudio fue realizado por los investigadores Ignacio Gual, Patricia Alvarado y Ariela Cesa.
Según señalaron, “debido a la fisiología reproductiva del ovino, al balance oferta forrajera/demanda energética de la majada y a la estacionalidad reproductiva de algunas razas, el servicio en la región pampeana se realiza predominantemente durante el otoño, por lo que la gestación ocurre durante el invierno”.
Los especialistas indicaron que “la gestación en ovinos tiene una duración de 144-151 días (5 meses) y se espera que al menos el 60% de las ovejas se preñe durante las primeras 3 semanas de servicio”.
“Los requerimientos nutricionales de la oveja gestante aumentan a medida que la gestación avanza, siendo máximos al momento del parto. En los sistemas de base pastoril, se deben gestionar muy bien los recursos forrajeros para satisfacer las demandas nutricionales de la majada, por lo cual es recomendable realizar anualmente la planificación forrajera, herramienta que permite ajustar el uso del forraje en pie y adelantarse a la necesidad de suplementar con reservas forrajeras o alimentos concentrados”, explicaron.
Y añadieron: “Para lograr corderos de tamaño y desarrollo adecuado al parto es recomendable ajustar la alimentación a los requerimientos y evitar tanto la restricción nutricional como la sobrealimentación de las ovejas/borregas durante la gestación”
“Se recomienda evitar cualquier manejo brusco o estresante durante el servicio y las dos primeras semanas después de retirados los carneros para evitar fallas en la concepción y mortalidad embrionaria. Luego de finalizado el servicio, a los 30-45 días de retira dos los carneros, se recomienda realizar diagnóstico de preñez por ecografía”, explicaron.
Y agregaron: “Esta práctica tiene dos objetivos principales. Por un lado, detectar las ovejas/borregas que quedaron vacías (no gestantes). Se deberá luego analizar su causa y descartar estos vientres vacíos para evitar mantener vientres improductivos que disminuyan la rentabilidad de la actividad. Además, apartar y descartar los vientres vacíos ayuda a evitar la diseminación de posibles enfermedades reproductivas infectocontagiosas (campylobacteriosis, brucelosis, leptospirosis, toxoplas mosis, neosporosis, entre otras)”
Los expertos resaltaron que “si la causa de ausencia de preñez fuera por no haber alcanzado la pubertad (en caso de borregas diente de leche) o por mala alimentación, se podría considerar la posibilidad de darles una segunda oportunidad y servirlas el próximo año o en primavera”

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