
Los parásitos viven temporalmente a expensas de otro animal nutriéndose de él, provocando daños a su salud y disminuyendo así su respuesta productiva. En casos extremos, puede ocasionarle la muerte, e incluso transmitirse al hombre.
Las parasitosis gastrointestinales más comunes en los OVINOS son el Haemonchus sp., Ostertagia sp. y Trichostrongylus sp.. Los ovinos son más susceptibles a los parásitos que los bovinos. Si se intensifica el manejo de la majada, es posible que aumente también la presión de pastoreo, y el riesgo de enfermedad parasitaria, especialmente en ovejas en parición y recría.
Los brotes son mas frecuentes en otoño, con predominio de Haemonchus. En los de primavera, se combinan varias especies.
La amplia difusión de antiparasitarios y la observación de síntomas inespecíficos nos tientan a desparasitar frecuentemente la majada, lo que ha llevado a seleccionar cepas resistentes a los medicamentos. Al principio no se nota, porque al tratar, los animales igualmente mejoran, pero se agrava con el tiempo si se usa la misma droga.
Podría recomendarse el tratamiento de las ovejas al comenzar la parición, o en corderos al destete, pero no siempre es necesario. Desde el Inta, señalaron que “es preferible recordar estos momentos de riesgo para hacer un análisis de materia fecal (h.p.g) para establecer si es necesario tratar”.
Fuente: Argentina.gob.ar