
La raza ovina Karakul es originaria del sudoeste de Asia y su producción surgió entre los años 2600 a 1400 antes de cristo. Pertenece al grupo de las ovejas de cola adiposa y es reconocida por la calidad de sus pieles, lo que le permitió acceder al mercado mundial.
En 1949 se creó en el país la Asociación Argentina Criadores de Karakul (AACK), que apuntó a revalorizar los aspectos genéticos que permitieran la comercialización de pieles y la creación de registros
genealógicos. Luego, se dio impulso a la potencialidad cárnica.
Los ovinos Karakul tienen patas bien delgadas y producen mucha carne, de muy buen sabor y magra. Por su origen en medio oriente se adaptan a un clima seco donde no abunda el pasto.
En Argentina, los criadores priorizaron la producción del tipo clásico de las pieles Karakul de color negro y con patrones de enrulamiento tubular, que estuvieron de moda desde finales de los años 60.
La calidad de la piel la da el rulo,(negro clásico, ámbar o blanco). Es un animal con mucosas y pezuñas pigmentadas, sin vellón en cara y extremidades. Se adapta a climas que van desde el templado frío al desértico cálido, por lo que hay una importante producción en en Sierra de la Ventana, Buenos Aires, San Luis y Valles Calchaquíes del N.O.
En el mundo, los principales países productores de esta raza ovina son Rusia, Uzbekistán; Turkmenistán, Kazakstán, Ucrania; Afganistán, Irán, Rumania, Namibia (África sudoccidental), y la República de Sudáfrica.