
A solo una hora de la Ciudad de Buenos Aires se encuentra un pueblito ferroviario, de estilo rural, que cuenta con restaurantes y pulperías para disfrutar de momentos que vinculan a la naturaleza con las tradiciones del campo argentino.
En Gómez, donde viven 362 habitantes, se pueden encontrar bodegones y una gastronomía única, en medio de un ambiente siempre tranquilo y agradable.
El lugar es el epicentro de la Fiesta Nacional del Guiso de Cordero, en el marco de una serie de actividades del turismo rural.
El pueblo fue fundado en 1883 y con el paso de los años ha mantenido vivas sus tradiciones. Está ubicadoa 2 km de la Ruta Nacional 215, aproximadamente a la altura del km 27 y a 14 km de la ciudad de Brandsen, cabecera del partido.
Cada vez que convoca a la festividad por el guiso del Cordero, llegan miles de visitantes de todo el país para disfrutar un plato típico argentino, elaborado en una gran olla comunitaria. Además, hay espectáculos de música en vivo, danzas folklóricas y muestras de artesanías regionales.
Gómez permite degustar ricas comidas típicas como asados y cazuelas calientes en clásicos restaurantes campestres como «Lo de Vicenta», «Parada Km 70», «Don Mario», entre otros. Uno de los lugares más conocidos es el restorán de campo “La Rosadita”, que ofrece pastas artesanales y asado a la estaca.
Si preferís un buen asado podés acertarte al parador “El Taller” y para los amantes de las empanadas, la opción es “El Bar de Cacho”, famoso por hacer las mejores del pueblo.
Un poco de historia
En 1859 se instalaron los primeros vecinos tras la compra de gran parte de las tierras por parte de Pedro Gómez de la Vega, que era hijo de un antiguo arrendatario. Muchos años después, el gobierno de Buenos Aires, por medio de la compañía del Ferrocarril Oeste de Buenos Aires, instaló la estación que unía la ciudad de Brandsen con La Plata. Con la llegada del servicio de transporte se funda finalmente el pueblo en 1883 y su nombre deriva del apellido de aquel primer dueño.
Tras la llegada del tren, se instalaron distintos edificios importantes como el local comercial y herrería, «La Rosadita», la Escuela Primaria N.º 7, el almacén de Jáuregui Lorda, la panadería y una dependencia de la policía. Con el fallecimiento de Gómez, pasan distintas personas por la estancia hasta que son donadas al estado el terreno para instalar nuevos edificios y además, se venden otros para la llegada de nuevos habitantes, pero en 1977 se clausura el ramal ferroviario y el paraje terminó su etapa de auge.